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La final de la Copa del Rey ha sido intensa y agotadora para todo quisqui: jugadores, entrenadores, aficionados... Y hay un expresivo rostro que ha personificado ese futbolístico calvario: el de Shakira. La novia del 3 del Barcelona animó a su chico desde el palco presidencial del estadio del Valencia y sufrió como si de la madre de un torero se tratara.
Los larguísimos minutos del encuentro, la cantante ha gesticulado, resoplando, aplaudido y sufrido por un partido que al final se le escapó de las manos a su equipo.
La colombiana ha sido la única personalidad ajena a la Casa Real, la política y las directivas de los clubes presente en el palco de autoridades.
Shakira ha estado acompañada por su hermano, Tonino, que además es su representante desde que la cantante rompiera con Antonio de la Rúa.
La colombiana ha aprendido una de las lecciones más dolorosas del deporte: un jugador tiene que aprender a perder antes casi que a ganar. Eso si, podrá consolarse por la derrota con el 'piquetón'.
La cantante, eso sí, ha aplaudido elegante la victoria del Real Madrid cuando los jugadores han subido a recoger el trofeo de manos del Rey. Y antes del encuentro dedicó un dulce beso volador a su novio.
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